¿Un kiosco en la escuela? SÍ, pero no cualquier kiosco. Un kiosco saludable, en el que ofrecemos alimentos elaborados en casa o en el colegio, con bajo nivel de azúcares y sin agregados de conservantes ni colorantes.
Buscamos generar conductas saludables que se replican en los hogares, probando alimentos no tan habituales, pero favorables para nuestra salud. Y como pensamos también en la salud del ambiente, ese día traemos una taza o compotera con cuchara para que nos sirvan y luego la lavamos sin generar residuos descartables.
Bocadillos de acelga, pochoclos, tortas, masitas de harina integral, gelatina y frutas son los protagonistas de esa tarde, que se espera con alegría una vez al mes.
Es una actividad cooperativa en la que todos y todas participamos en la elaboración, en el consumo y en la decisión sobre el destino del dinero recaudado.